Una piscina no suele ser una inversión a corto plazo, sino que quién invierte en ella, normalmente lo hace pensando en que dure mucho tiempo. 

Pero como cualquier otra cosa, las piscinas se van deteriorando con el paso de tiempo. Esto hace que tarde o temprano, necesiten un lavado de cara, o incluso yendo más allá, una reforma importante o una rehabilitación. 

Ante esto, debemos diferenciar entre dos tipos de reforma:

Por un lado, nos encontramos con reformas que afectan a aspectos principalmente estéticos. Aquí por ejemplo, nos referimos al revestimiento de la piscina, a su coronación, y al entorno. 

Por otro lado, tenemos las rehabilitaciones que también afectan a aspectos estructurales y/o estanqueidad de la piscina. En estos casos, es importante saber bien cuáles son los problemas a los que nos enfrentamos, y cuales son las alternativas para solucionarlos. 

Además de esto, no nos podemos olvidar de la puesta al día del equipamiento y los diferentes accesorios de la piscina. Muchos de ellos, con el paso del tiempo, deben ser reparados o directamente sustituidos por otros nuevos.

No podemos obviar que la tecnología no deja de evolucionar en todos los sentidos, afectando también al mundo de la piscina. 

Así nos encontramos que en la actualidad podemos optar por alternativas más modernas y efectivas que las que probablemente estaban disponibles en el momento de hacer la piscina.

Y aquí no nos referimos solo al equipamiento y los accesorios de la piscina, sino también a nuevos sistemas estructurales, sistemas de impermeabilización mejorados, revestimientos con características y estéticas en constante evolución, etc.…

Las reformas o las mejores más habituales que afectan a las piscinas suelen estar relacionadas con el revestimiento de la piscina, con su impermeabilización o estanqueidad, con accesorios rotos o deteriorados, con el borde o coronación, y con el exterior o entorno de alrededor.

Aparte, lógicamente, de la reparación o reemplazo de diferentes elementos del equipamiento de la piscina.